Corralejo en sí es un pueblo muy turístico, con parque acuático, y con muchos hoteles. Incluso algunos hoteles utilizan parte de esta duna como parte de la playa donde tienen sus instalaciones (hamacas, sombrillas...). Pero empezando en este punto e yendo hacia el sur, se encuentra una gran duna que conforma esta playa tan extensa. Es tan grande que se pueden realizar un par de visitas en puntos distintos e incluso tendremos la sensación de estar en una playa distinta.
De hecho el contacto con el pueblo se nota, puesto que cuanto más al sur vas bajando la duna encuentras a menos gente. Aunque hay puntos más al sur donde la carretera se acerca más a la costa, y entonces encuentras más afluencia de gente.
Nuestra visita matutina se centró en la parte norte. Después de acercarnos a Corralejo y ver que había bastante gente, fuimos bajando por la carretera hacia el sur hasta lo que más o menos nos pareció que sería una zona tranquila. Lo más curioso es que como la carretera atraviesa literalmente la duna, hay en muchos puntos donde la arena casi se come la carretera, pero el constante flujo de tráfico la va despejando. Se suele aparcar cerca de la carretera, y una vez dejamos el coche, ¡a andar! Con atravesar una o dos montañas de arena enseguida se llega a la línea de mar. En esta parte norte es curioso ver como la gente aprovecha pequeños montículos que forma la vegetación entre la arena para instalar su puesto de descanso, y también se repiten las casetas hechas con piedras, aunque no recuero especial viento en la playa, a diferencia de Sotavento de Jandía. Por tanto, en esta zona, aguas tranquilas y poca densidad de gente (hablo de finales de Julio), aunque sí se nota un ir y venir de gente que suele andar por la playa. Y, por supuesto, mucho nudismo, aunque prácticamente parecía que estuvieras solo, porque como la gente se resguarda en sus "casitas", cuando vas al agua casi no ves a nadie, y cuando estás en tu "casita" tampoco ves a nadie, por lo que hay una sensación de mucha paz.
Por la tarde nos desplazamos un poco más al sur y el panorama cambió, aunque se repetían ciertos aspectos. Había algo más de afluencia de gente, también nudismo generalizado, pero en esta ocasión la gente se situaba al margen del agua, y no en los montículos de vegetación, quizá en parte porque los montículos ya estaban ocupados (de hecho, hasta que no estás en el montículo casi no ves si hay alguien o no). Diría que había un poco más de movimiento de gente, porque justo al lado había un grupo de chicos y chicas jóvenes, todos nudistas por cierto, y sus juegos llegaban a hacer que se oyera algún que otro grito, aunque para nada molesto.
La localización de la playa:
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